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miércoles, 25 de febrero de 2015

¡Óoooooooleo de gurú hindú terminado!

No iba yo con esa idea, pero ayer acabé el cuadro del santón hindú, apremiado por Esteve. Y mejor así, porque creo que de lo contrario habría acabado dándole demasiadas vueltas y probablemente no habría quedado un resultado tan potente. Como tenía que recuperar media horita, llegué un poco antes y dispuse de un valiosísimo tiempo extra para organizarme. Como el día anterior me había comentado el profe, la parte de la derecha de la cara estaba demasiado oscura, y aunque en la foto original era así, a la hora de pintar es mejor darle más movimiento a la paleta.
Me centré especialmente en éste y otros aspectos de la figura principal, la mano, que también requería un trabajo extra para que no quedase tan plana (Esteve dixit), la camisa y la zona del cuello, que necesitaba iluminación extra y sobre todo el manto, que probablemente era lo que iba con mayor retraso, aparte del turbante, que era fácil de resolver pero lo tenía colgado casi desde que empecé. El resultado lo describiría yo como "jugoso":

 
Ha ganado muchísimo volumen y la combinación de colores es muy salvaje pero le da una vivacidad a las diferentes partes implicadas que dotan a la figura principal de un protagonismo evidente. Me gustó mucho la práctica de introducir colores no usuales en la carne, la camisa, etc (rosa, azul cyan, verde, etc.).
Y luego era el momento de trabajar el fondo; reconozco que me daba respeto, porque pensé que estaría hoooooras con todos los detalles, pero fue todo bastante fluido y el resultado muy de acorde con la figura principal. Perfilé un poco mejor los coches y motos utilizando un pincel más pequeño y cuando se me fue la mano con el blanco (¡demasiada luz!), bajé un poco el tono con un poco de amarillo o gris. Lo que me sorprendió gratamente fue el trabajo de la zona arbolada al fondo. Con unas pinceladas algo aleatorias e introduciento nuevamente el cyan y toques de magenta aclarado en el follaje + rojo y verde en los troncos de los árboles, quedó el panoramos muy en consonancia con el protagonista de la pintura:
 
 
 
Esteve me dio el visto bueno y yo me fui muy contento a casa, pensando en cuán curioso es el asunto de la contentración y la atención, ya que nada más salir por la puerta se me retorcieron las tripas de hambre, pero durante 2 horas y media ni me acordé de absolutamente nada ;).
Y de postre, la paleta:

 
 
Me gustó ver el estado final de la misma, porque los colores estaban mezclados por tonos y me dio la sensación de ser una paleta "artística". Y es así como acaban las peripecias del gurú hindú, y de la manera en que empezaremos un nuevo cuadro la semana que viene. Mismas dimensiones y probablemente semejante tema.
 
¡Hasta entonces!

 

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